Blondie con plátano y almendra caramelizada

Hace tiempo descubrí que existía un brownie de chocolate blanco. Su nombre es blondie. Recuerdo que lo cociné y salió bastante rico. Pero sabía a chocolate blanco y punto (¡que no es poco!). Como últimamente no dejo de buscar recetas encontré una a la que le añadían pistachos y mango. Otra llevaba nuez y melocotón. Y así... hasta que encontré los elementos que para mi gusto casaban perfectamente: almendra, plátano y chocolate blanco. Me encanta Rachel :9 Me inspiré y salió esto de aquí:

Es una receta que no requiere de mucha habilidad a la hora de batir o preparar masas, simplemente es mezclarlo todo y ponerlo al horno. ¡Así que espero que os animéis a hacerlo!

Ingredientes para 10-12 personas (¡¡es muy denso!!):

• 75 gr de mantequilla
• 2 tabletas de chocolate blanco extra
• 125 gr de azúcar moreno
• 215 gr de harina
• 1 huevo
• 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
• 2 plátanos muy maduros
• 1 cucharada de esencia de vainilla
• 1 pizca de sal

Para las almendras caramelizadas:

• 100 gr de almendras crudas con piel
• 100gr de azúcar blanco

Dos cosas a tener en cuenta: que los plátanos estén maduros y que el chocolate blanco sea bueno. Un postre basado en el chocolate no puede llevar un chocolate mediocre, porque seguramente no tendrá la misma esencia que un chocolate de los buenos. El Nestlé no está mal, pero sigue habiendo mejores alternativas.

Elaboración:

1. Ponemos una sartén a calentar (mejor si es antiadherente). Aprovechamos y ponemos el horno a precalentar a 170ºC.

2. Echamos el azúcar en la sartén y ponemos las almendras encima. Lo dejamos un rato hasta que empiece a caramelizarse el azúcar. No hace falta removerlo, simplemente esperar a que el azúcar se convierta en caramelo y adquiera ese color tostado tan característico. Si es la primera vez que hacéis caramelo deberíais ir con cuidado, el caramelo si se quema sabe muy amargo y podría estropear el blondie.

3. Mientras se acaba de caramelizar podemos poner sobre una bandeja un trozo de papel sulfurizado (de horno) o un silkpad si disponéis de el. Cuando el azúcar haya caramelizado lo echamos sobre el papel y lo dejamos enfriar por completo. Debería quedar algo como en la imagen:

4. Mientras se enfría nuestro praliné ponemos a hervir un cazo con agua. Con un bol encima derretimos el chocolate blanco con la mantequilla. Usad una pastilla y media de chocolate blanco, la otra la cortaremos a trozos para mezclar en la masa (así nos encontramos pepitas de chocolate blanco dentro del blondie). Usamos el baño maría para derretir el chocolate blanco porque es muy fácil de que se queme el chocolate en el microondas (y todavía más si es chocolate blanco...). Cuando esté derretido lo sacamos del agua caliente y dejamos que se temple.

5. Mientras se enfría todo lo anterior machacamos los dos plátanos en un bol. Contra más maduros estén, mejor. Si están muy maduros o si echáis más de un par, reducid la cantidad de azúcar, ya que el plátano maduro ¡es azúcar puro! No os preocupéis por si se oxida, irá todo al horno ;)

6. A la mezcla anterior le añadimos el azúcar moreno y mezclamos bien. Le añadimos el huevo batido y volvemos a mezclar.

7. Es hora de recuperar nuestro praliné de almendras y picarlo en un robot de cocina. Lo podéis dejar más fino o más gordo que el de la imagen, depende de el gusto de cada uno.

 Este es el antes...

...¡y este el después!

8. Ahora añadimos la harina, la levadura y la pizca de sal. Removemos bien. Picamos el chocolate blanco que nos quedaba y lo echamos en trocitos pequeños a la masa (CONSEJO: si ponéis el chocolate en la nevera o congelador un rato antes se puede picar mucho mejor, sobretodo en verano).

9. Sólo nos queda añadirle la mezcla de chocolate y mantequilla que teníamos templando y nuestra masa está lista. Debe quedar una textura grumosa con un color tostado.

10. Engrasamos un molde de horno con spray desmoldante (y si no tenéis lo podéis encamisar como se ha hecho toda la vida). Echamos la mezcla en el molde y cocinamos a 170ºC una media hora. Cuando haya pasado abriremos el horno, pincharemos con un palillo o cuchillo y si sale la masa muy pegada tenemos que dejarlo unos minutos más. Cuidado, porque el palillo no debe salir limpio, si no un poco húmedo de la masa. Es un brownie al fin y al cabo, tiene que estar jugoso y blandito por dentro.


Y eso es todo. Si tenéis cuidado a la hora de hacer el caramelo y a la hora de hornear seguro que os sale un blondie muy sabroso y rico.

Para servirlo lo podéis cortar en pequeños pedazos y espolvorearlos con azúcar glasé. No hagáis trozos muy grandes, pues es un postre muy denso y sabroso, así que con una pequeña porción es más que suficiente.

En mi caso se lo llevé a mis compañeros de trabajo y todos me pidieron la receta.

¡Pues aquí va!

Dedicat als compis del Proa, sobretot a les magnífiques cuineres que tenim i ens cuiden tant.