Hoy toca una de esas recetas algo laboriosas pero que dan un muy buen resultado. Acostumbro a reservarlas para cumpleaños y ocasiones especiales. Esta vez ha sido por los 22 años de mi hermano.
Es una tarta elegante y con sabores contrastados. Por un lado el chocolate blanco le da el toque dulce y a manteca de cacao, mientras que la piña, aun estando en mermelada, le da el toque ácido que necesitamos para contrastar. Además el bizcocho es de chocolate blanco, esponjoso pero compacto a la vez, cosa que permitirá hacer capas y convertir la tarta en el típico layer cake aunque siempre es mejor cocer bizcochos separadamente.
Aquí va la receta: